jueves, septiembre 01, 2005

¿TÜ TIENES PROBLEMAS?

(Monasterio de Santo Tomás)



Imagínense un instante siendo un campesino pobre en la poderosa Austria de finales del siglo XIX, sin oportunidades de salir de la pobreza, estudiar y, menos aún aspirar a un destino superior. Ahora piensen que su Emperador es el férreo español Francisco José, con sus labios abultados heredados por toda su familia. Ahora piensen en un Obispo inflexible como su superior. Piensen que, a los 21 años, usted se mete a monje para "librarse de las amargas necesidades de la vida" (Así lo declaró). Pero cuando usted recibe clases, sus maestros lo reprueban a la primera ronda y dicen es "poco perspicaz y sin claridad de pensamiento", lo cual le impide ser maestro, la única ocupación posible como monje en el monasterio de Santo Tomás. Tiene que decidir: ser un monje frustrado, el último de su orden, o... ¿Qué?

Fracasado a los 31 años, sin escapatoria, el joven campesino Johann vuelve su mirada hacia las plantas. Con muy pocos conocimientos formales, prácticamente todos ellos errados, pero con una voluntad capaz de demoler a la Ciencia como antes era concebida, durante al menos ocho años ininterrumpidos, el monjecillo frustrado se dedicó, en el jardín del monasterio, a "cultivar" guisantes (Cuidado con la Iglesia, cuidado con los esbirros del Emperador; las mentes científicas eran severamente fiscalizadas; pero él no, era un don nadie), para lo cual su experiencia como campesino fue una bendición. Nuestro don nadie estudió hasta 28 mil plantas, anotando cuidadosamente sus características, haciendo hibridación controlada, llegando a la conclusión que, en el caso de estos guisantes, debía estudiar siete características, ni una más, ni una menos (100 años después se descubrió que estas plantas tienen 7 pares de cromosomas, por lo cual solo siete variaciones genéticas podían ser estudiadas; este monje llamó "factores" a los cromosomas, desconocidos para la época, y los estudió tan a la perfección, que hoy día, todos sus postulados se llaman Leyes).

Darwin, en 1872, escribió, y cito: "Las leyes que gobiernan la herencia nos son desconocidas, (...) nadie puede explicar por qué un rasgo se hereda y otro no".

Charles Darwin debió haber leído lo que este monje había publicado en 1866, seis años antes de sus palabras, en los "Anales de la Sociedad de Historia Natural de Brunn": las leyes de la herencia, tal cual las conocemos hoy, y que nos permiten desentrañar los secretos del cromosoma, los genes y la clonación.

El monje, con una humildad extrema, envió sus ideas a científicos verdaderos académicos. El mayor de ellos, famoso por destrozar brillantes carreras, Carlos Von Nägeli, lo estimuló con estas palabras: " Considero sus números empíricos; no puede usted probar que sean racionales. Son cifras, y nada más".

Esas palabras retrasaron más de 30 años el saber científico. El monje fue nombrado abad y se dedicó a administrar el monasterio hasta el día de su muerte, a los 62 años. Le oyeron una vez decir: "Estoy feliz, porque creo que se darán cuenta pronto que tengo la razón, y podrán hacer avances sobre mis estudios que para mí hoy son imposibles". A eso lo llamo yo, don profético.

Este personaje es uno de mis preferidos, en humildad, disciplina, voluntad y paciencia. Ninguna adversidad le abatió jamás por mucho tiempo.

Ni uno solo de los postulados de Johann Gregor Mendel ha fallado, en más de 100 años de prueba. Su espíritu, intacto, parece pasear por los jardines del viejo monasterio, con una sonrisa a flor de labios.

10 comentarios:

Silmariat, "El Antiguo Hechicero" dijo...

"La humildad es una virtud que cuando se cree tener, ya está perdida", eso dicen que decía Francisco de Asis.
Creo que el único fin de una vida plena no es ser feliz, lograr cierto tipo de fama o cualquier otra tontería.
Creo que lo más importante es ser honesto y respetarse uno mismo, tarea que no es nada, pero nada fácil ni sencilla.
Tarde o temprano se verán los frutos. Lo demás se refleja de una u otra forma y, cuando menos lo esperamos encontramos, la armonía como también un trocito, sobre todo, de paz.
todo lo mejor para ti.

Anónimo dijo...

estupendo...muy humano

Anónimo dijo...

Humildad, disciplina, voluntad, paciencia. Oh, cuantas virtudes en un ser humano. Sólo el espíritu de trascendencia pueden hacerte humilde y paciente, porque lo que haces no es para este momento, -tal vez para un jamás- pero te mueve la creencia que tu obra quedará inmutable cuando ya no estés, y que aún cuando el tiempo demuestre la veracidad o falsedad de lo que has creado y nada parezca igual, la obra estará allí, para todo aquel que alguna vez te pueda recordar.
Espectacular!. Besos.
Rayita

Anónimo dijo...

R...! Nos haces viajar por el paraje más delicioso, cual es el del alma humana; de las más bellas nos hablas tú, y a veces nos parece que las conoces, que las comprendes, que tu mirada es la mirada de ellos. Dios te bendiga, ahora y siempre. Tus ciber-super-fans,
Ximena y Mauricio (opuesto a que yo haga un blog).

Anónimo dijo...

... paciencia...
... paciencia...
... paciencia...
Sin duda mi nueva filosofía de vida!
Lindo texto.
Gracias por tu visita.
Por tu manera de escribir, y por lo que pude ver de ti en tu blog me recuerdas mucho a un amigo, quien por cierto también es médico, a quien extraño horrores...
Te coloqué en mis links, ok?
"Ser humilde es ver el ancho mundo que se abre cada vez que trasponemos una puerta de conocimiento"... gracias por eso!!!

Anónimo dijo...

Esta es mi primera vez por aquí. Me gustó tu post, gran mensaje. Vendré a leerte otras veces.

Melvin Luzardo dijo...

Son casi las 3 am y tengo sueño, voy a comentar fuera de tópico. Veo que eres ex-alumno salesiano, ya somos dos, yo estudié toda la vida en colegios salesianos, mi diversificado (4to y 5to año) lo hice en el Colegio Don Bosco. Ya luego hablaremos de eso.

Gracias por tus comentarios en mi blog, son siempre bien recibidos.

Protheus dijo...

acmo, wiki v2k, una alegría, de verdad, tenerles por aquí. Vengan siempre y háganmelo saber. Haré lo mismo.
Silmariat, te conozco. Andas revoloteando sobre la palabra "felicidad" cual libélula planeando sobre la superficie...
Ebe, ¡qué bueno sentirte siempre allí!
Hermana, no te creas; esas virtudes las veo pasar.
Melvin: regresaste con el motor "envenenao".
Mauricio, Ximena: ¿Quién me escribió el chistecito? No me vengan conque los dos.

Anónimo dijo...

Si bueno.. y ahora ke kieren refutar los estudios de Darwing con eso del Diseño por Inteligencia.. bah.. ke locura!

[off topic: Rolling me pareció excelente, en Barquisimeto no hay locales así]

Saludos.

Anónimo dijo...

Tema interesante, Rolando. Ya hace un tiempo hablamos de Mendel. Lo que dice silmariat y ampliado por rayita me hace pensar. La humildad es una virtud esquiva. Cuando te esfuerzas en buscarla, como el fuego fatuo, huye de tí; te alcanza si echas a correr. Humildad y paciencia, fueron la virtudes de Mendel, que lo hicieron un buen religioso y un gran científico. Ojalá todos tuviesemos ese don divino.
Abraham