I
La vida de Tony Martínez habría sido corta y azarosa de no haberle ocurrido un par de hechos que cambiaron su vida.
El primero de ellos sucedió a finales de los años 70, cuando cayó de su motocicleta a más de 100 kilómetros por hora y completamente drogado. Cuando salió del Hospital, había dejado atrás sus dos piernas, amputadas un poco por encima de las rodillas.
A partir de entonces, sería ex-pandillero y uno de los mendigos que más lástima inspiraría paseando en su silla de ruedas por la urbanización El Viñedo, en Valencia.
Pero otro hecho, más extraordinario aún, le esperaba un día de Navidad, ya en el nuevo milenio.
Estaba el mendigo durmiendo sobre y bajo unos cartones, cobijado por el alero de la Iglesia de El Viñedo, cuando sintió algo duro en su regazo. Abrió los ojos rezongando y se consiguió una caja de zapatos sobre él. En medio del vapor del sueño y la resaca del aguardiente barato, sintió la humillación, la burla máxima que se le podía hacer a alguien que ya de por sí vivía al límite de la humanidad.
-¡Desgraciados!- atinó a farfullar; mas se despertó del todo de pronto, y se quedó helado. La tapa de la caja se había deslizado un poco, y podía ver dentro un par de zapaticos blancos, impolutos, de niña. Eso sí que no lo esperaba.
Con destreza se sentó y examinó la caja y los zapatos minuciosamente, sin ver nada extraordinario.
Un automóvil que pasaba por la avenida saludó a otro con un corto corneteo, y el mendigo oyó:
-¡Feliz Navidad!
Cierto. Era Nochebuena.
Tony Martínez apartó la caja a un lado y volvió a quedarse dormido al poco rato.
II
En Diciembre, el mendigo acostumbraba despertarse temprano, para aprovechar a los feligreses que venían a misas de aguinaldos; muchos daban buenas limosnas, movidos por la lástima y el deseo de apartar de su vista al mendigo inválido, y así poder pensar en sus vidas plenas de ambiciones y egoismos.
"A quién se le habrá ocurrido darme semejante regalo?", pensaba el ex-pandillero Tony Martínez, lleno de rabia, dolor y perplejidad.
Así fue como descubrió a la niña entre la multitud.
Era una chiquilla de cabello castaño, corto, mejillas redondeadas y rubicundas, y ojos pícaros con los extremos inclinados hacia abajo. Andaba sola, mas no parecía sentirse perdida. Lo más extraño era que iba vestida de blanco con unos zapatos negros y sucios.
El mendigo la miró largamente, indeciso.
"No puede ser".
La niña lo miró casualmente, y se acercó a él, manteniendo una prudente distancia. Miró sus muslos y le preguntó, un poco asustada:
-¿Te duele mucho?
-Para nada. Fue un accidente. Hace mucho- contestó, sin reprimir la primera carcajada en muchos años.
La niña lo miraba fijamente al rostro.
-¿Y eso?- le preguntó, señalando la caja.
Tony Martínez escrudiñó el rostro redondo, plétoro, inocente que tenía ante sí. Dudando, extendió la caja hacia la niña.
- Es mi regalo para tí- explicó.
-Pero, yo no te conozco- rechazó la niña, dando un paso hacia atrás.
Suavemente, el hombre deslizó la silla de ruedas con una de sus manos, ladeándola, mientras en la otra sostenía la caja de zapatos.
-Al menos mira adentro. Es un regalo para tí.
La niña tomó la caja; pero no la abrió. Justo cuando el último feligrés traspasaba la puerta de la iglesia, las campanas empezaron su melodía imponente, y la niña colocó la caja sobre los muslos del mendigo, liberando sus manos, y lo abrazó con fuerza.
-Gracias por el regalo. ¿Tú eres mi tío, verdad?
Tony Martínez, el ex-pandillero, casi sonrió. Tomó la caja y se la entregó de nuevo a la niña.
-Sí, lo soy. Vete, te estarán buscando.
La niña le sonrió una última vez, con esas sonrisas donde brilla un Universo, y se fue dando saltitos.
Ese día, un hombre sin fe ni esperanzas entendió que esos zapaticos sí eran un regalo para él.
III
Cuando me preguntan si este relato es verdadero, nunca respondo. Simplemente me dirijo al parque los Viernes en la mañana, cuando hago un alto en mi trabajo, y me encuentro con un viejo amigo a jugar ajedrez.
Sospecho que muchas veces, me deja ganar para que no abandone el ritual de oir su charla amena, alegre y ejemplar. A veces me habla de un pandillero, un antisocial sin oportunidades al cual un accidente y un par de zapatos equivocados (aunque él dice que eran los correctos) fueron la chispa que encendió la hoguera de una vida hermosa y productiva.
¿Yo? Yo lo escucho y lo observo, sin vislumbrar jamás la figura atormentada de Tony Martínez, el pandillero, el mendigo alcohólico.
20 comentarios:
Este es el mejor cuento que he leído en los blogs, esta navidad, cada vez me sorprende más, es una delicia leerlo...Feliz Navidad.
¡Que cuento tan hermoso!, esa niña me recuerda a alguien, a quien nada le quitó la picardía en su mirada y hoy es una bendición.
Te amo.
Tu cuento, como zapatos para todos los que tuvimos la buena dicha de acercarnos..Zapatos para pies desnudos y que sueñan con alas
Excelso...Un abrazo!
CREE UD EN LOS CAPRICHOS DEL DESTINO?; ESE MENDIGO FUE CASTIGADO POR DROGADICTO, PANDILLERO Y ANTISOCIAL, PARA SER REDIMIDO TIEMPO DESPUÉS POR AQUELLA CHIQUILLA DE MEJILLAS REDONDAS?.
LINDA HISTORIA AMIGO PROTHEUS, ME ALEGRO POR UD Y POR "SU AMIGO".
PD: CONOCERLO ES AMARLO
Vaya... Es muy conmovedor. Gracias por compartir esta historia. Como dicen: Se non é vero, é benne trovato.
Bravo por Tony y bravo por ti!!!
Todo lo mejor para Ti.
PS: Encontré un tinto, que es poco menos que celestial. Ya tengo tu botella!!!
Extraordinario!!!!
Felices fiestas y felicidades a la niña.
Visitaré pronto.
Muy conmovedor. Gracias.
Clap clap clap clap!!!! Lindo y aleccionador cuento, sobre todo me tocó esa fibra que me lleva a ejercitar mas la compasión y la humildad en estos tiempos, y hacerme mas consciente de saber que la vida en sí misma es un hermoso regalo a cada segundo que transcurre, a pesar de nuestras vicisitudes.
Un abrazo enorme para tí, las niñas y tu esposa...la sonrisa, es algo que trato de mantener siempre a flor de piel.
Una historia muy conmovedora, y con un final inspirador y optimista: "Ese día, un hombre sin fe ni esperanzas entendió que esos zapaticos sí eran un regalo para él."
Después de todo, es navidad...
Un abrazo, y saludos.
Dar es dar, canta Fito Páez.
Brindemos con vino de Erzebeth.
Lo Inocentes.
Excelente relato, y de mucha casualidad, en mi infancia y juventud viví en el viñedo, Urbanización tan cambiada, comercializada y renovada.
Nunca es tarde para redimirse. El arrepentimiento es grande cuando se siente de corazón, inclusive segundos antes de la muerte.
El destino que a cada quien le toca vivir, es la cruz a cuesta de cada persona, y ninguno de nosotros debería porque denigrar de la condición o cualidad humana de nuestros semejantes; aunque es cierto, que también somos dueños de nuestro destino y absolutos responsables del destino final de nuestro camino.
Un bello, emotivo y sobre todo singular mensaje que me trajo a la memoria lugares muy míos dentro de mi cabeza y mi corazón…
Un abrazo, de verdad lleno de mucha cordialidad y cariño en estos días extensivo a toda tu familia amigo mío
Nelson
Protheus que historia tan linda, a veces esas cosas que creemos accidentales o equivocadas, en su momento se transforman ante nuestros ojos en las correctas y como bien dices encendien la hoguera de una vida hermosa y productiva.
Hola Protheusm una historia muy bonita. Espero que hayas pasado una feliz navidad
Buenas!
Deje un mensajito para ti en el blog ..
Feliz Año 2006
Cariños..!
Pd. Conmovedor
Namastè♥
Muchas gracias a todos los que pasaron y me dejaron sus respectivas opiniones y comentarios sobre este ejercicio mío de escritura. A quienes pasaron y se fueron, sin comentar, doy las gracias por la visita, y los animo a dejar escrito lo que deseen.
Larga vida al blog.
LARGA VIDA!
Hola, te felicito por la historia, espero hayas pasado una linda navidad, y que el año próximo te traiga todo lo mejor a ti y a toda tu familia, saludos
Hola gracias por la historia, no sabes como me ha tocado, siempre he creido en lo milagros, en las que cosas que pasan por algo, son casi las 12 de la medianoche de este 31 de diciembre, recibiendo un nuevo año y re evaluando mis metas, ojala me sigan apareciendo cajitas de zapatos blancos, para que yo que gracias a Dios no los necesito, se las de a alguien que si y que aunque no conosca, yo siempre quiera ayudar.
Gracias por tu maravilloso post, felicidades!
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