miércoles, diciembre 07, 2005
JUGUETEO
Desde hace luengos años, compañías como la Fisher-Price y la Mattel se han convertido en las ladronas de mi alegría navideña: el Grinch de mis Navidades.
¿Por qué, se preguntará el agudo lector, si sus juguetes son excelentes, hasta educativos?
No sin rubor he de confesar que, este caso particular parece ser el único en mi historia personal, en el cual debo decir que la calidad me ofende. Sí, es cierto. Añoro esos juguetes que el Niño Jesús me regalaba y se rompían o se descomponían antes que me hartara de ellos o perdieran el encanto para pasar a ser un objeto anodino en algún cajón con telarañas. Hoy me parece una hermosa lección de vida recordar esos juguetes de mis sueños infantiles, enseñándome lo efímero de la vida humana, el cierre de un ciclo, la pérdida inevitable que me acompañaría todo el camino, lo frágil e irreal de la vanidad con la cual paseamos nuestros regalos frente a otros niños, cuando su destino final sería el basurero, lo ilusorio que es posar tu cariño en lo que, un día u otro, va a desaparecer sin dejar huella. Me enseñaron que lo que vale la pena se construye con amor y sacrificio, no con plástico.
En gran medida, gracias a esos viejos juguetes con fecha de caducidad, he aprendido que es9os juguetes de adultos: un auto nuevo, una casa, joyas, electrónicos, el dinero desnudo como esos muñecos sin ropa... se van, a veces sin volver. Y son una ilusión, una gran mentira. Aprendí que nuestra vida terrena tiene un final y un fin, una fecha no escrita, siempre demasiado cercana; las cosas hermosas pasan, las terribles también. Solo quedan nuestros actos y sus consecuencias.
Pero no. Ahora hasbro, Fisher-Price, Mattel, fabrican juguetes que duran cincuenta años sin siquiera perder su color.
Así, un día llega tu mamá de revisar el desván y te entrega un cubo de plástico con las caras de unos muñecos feísimos y desconocidos y te dice: "Mira, Protheito, este juguete era de tu abuelito Protheus cuando tenía dos años", y compruebas con horror que tu abuelito no es ese viejito sabio, consentidor y divertido, sino un niñito baboso y medio estúpido que se la pasaba mordisqueando -se pueden ver las impresiones dentales por todo el cubo- y babeando sobre un artefacto inútil, sin pilas, sin sonido y que no vuela.
¡Por favor, un alma altruista que demande a esas compañías!
Añoro esos tanques de guerra que traían una marcha, la cual dejaba de sonar apenas yo la aprendía; entonces era el turno mío de tararearla hasta el cansancio; poco después se dañaba el motorcito que lo impulsaba, y mis manecitas entonces lo hacían ir en maniobras imposibles por el patio de mi casona vieja y encantada. Finalmente, el tanque moría, y mi belicismo infantil con él. Ya no habían soldados grises para matar, ni verdes que rescatar. Pasaba entonces a mi época de Llanero Solitario, con un palo de escoba que en su punta exhibía una cabeza equina de fieltro, confección con derechos reservados de las tías ancianas de mi mamá. Jamás Babieca vivió tales aventuras, ni Pegaso vio tanto mundo, como mi caballito de fieltro y madera en sus galopadas por los pasillos de mi hogar. Ni hablar de mis decenas de avioncitos de papel decorados por mí, bautizados por mí. Ningún astronauta podría contar las maravillas que viví de niño, cuando mi mente volaba más allá del Universo, mientras relataba a mi padre las aventuras de mi nave de papel bond.
La fiesta cuando llovía era grande, dejando deslizarse los barquitos de papel por el torrente de la calle... hasta la primera alcantarilla, donde el remolino de Nemo los engullía. O cuando tapábamos la alcantarilla del patio interno de la casa y se formmaba un charquillo que aún hoy se me antoja un océano, y luchaba a mano limpia contra monstruos marinos, que caían indefectiblemente derrotados.
¿Adónde se fueron los aviones de papel, el palito mantequillero, la ere, la perinola? ¿será que Mario Bros, Counter Strike y todos esos juegos de video hicieron como la electricidad, que acabó con los fantasmas de antaño? O estamos viendo el telescopio por el extremo equivocado, y son esos juegos de video y juguetes automatizados los fantasmas y aparecidos.
Ya saben. A comprar juguetes perecederos, con magia en su interior.
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14 comentarios:
Tranquilo, que los juguetes no matan la imaginación de los niños, sino el colegio y las maestras brutas.
Saludos muchos y larga vida a la vida goliarda de los juguetes!
Gracias por los recuerdos!!!
Estamos últimamente medio nostálgicos…, no? Por eso no me gusta diciembre –miento- y todo lo que trae entre sus días. Pensar que apenas comienza…, prometo no poner “Falta 5 pa’las doce”.
Todo lo mejor para ti.
Estimado Caballero, YO considero que Ud. debiera conformar parte de la muy ilustre sociedad Goliárdica.
Tiene mi voto
Como a Mix x mi mamá cada cierto tiempo me hacía limpiar la caja de los juguetes, ella me decía esta limpieza no solo te beneficia a ti al tener más espacio para juguetes nuevos, sino también a otros niños que no tienen nada.
Y bueno también me hiciste recordar a mi barbie sin pelo y sin una pierna gracias a los mordiscos de mi hermanita...Besos!!!
Vaya que buen relato lleno de gratos recuerdos y anecdotas vividas.
Una verdadera joya de remembranza, la cual es digna de re-leer.
Que gratos momentos ...
Un abrazo...
y nos vemos en la Colonia Tovar el 18 D ¿te animas?
un abrazo Nelson
Excelente post querido y sabio Dr.,una vez mas un placer venir...Yo este y oros años venideros debo ser el Niño Jesus,mi hija heredo toda la fabrica Mattel mía de 28 Barbies,de las cuales 2 estan guardadas por sus piernas dañadas por mi sobrina mayor,y las restantes se mantiene originales con sus vestidos intactos...Mama me hizo la rutina de bañarlas con champu y todo los viernes de cada semana..por eso las guarde y mi hija ya las heredo junto con las nuevas de ella..Y si de Fisher Price hablamso mi hijo heredo todo de su pade hasta unos Hiperman con tanque y submarino jeje...que recuerdos!
Por supuesto muchos de mis jugetes asi como l os de mis hijos han pasado a obras de caridad y a los que no tienen jugetes!
Un beso y un gran abrazo...
PD..no me gustan los Grinchs..asi q moscaa!jeje
Nos vemos el 18/12 en la Colonia Tovar.Besos...Hiliana
El 18D será un gran día. allá estaré, si a Dios le place.
Miss X: usted es invitada permanente. despáchese a gusto.
Fedosy: al fin logro seguir sus migas de pan, maestro.
Silmariat: una cosa es la nostalgia, otra el glamour caído. Nada de 5 pa' las 12, please. Un abrazo.
salomón: una joya, tus escritos. Enlazo tu blog tan pronto pueda. Excelente. Sí, aspiro a ser Goliardo, con carnet y todo.
Karelys: ya ha pasado tiempo; supongo superada fijación oral de tu hermanita, jajaja.
Nelson: el café que nos prometimos va el 18D. Un abrazo, que haré efectivo ese día, estimado amigo.
Hily: a comprar juguetes: Presiento que tus hijos pronto tendrán compañía... jeje. Un beso y nos vemos el 18D.
Cómo dice mi papá cada año en Navidad: "¿más plástico para guardar en el closet?" y al principio pensaba que era un viejo ladilla por ese tipo de comentarios, pero 10 años después comparto su modo de pensar.
Excelente post.
Abur.-
¡Excelente!, pero disiento de ti, en cuanto a la durabilidad de los juguetes con los cuales jugabas, porque aún recuerdo, cuando recogiendo huevitos de lisa, me encontraba con los soldados que un día dejaste sin brazos, luego de una guerra encarnecida con los verdes y aquel "big jean" o algo así, no recuerdo como se escribía, que le colocaste con marcador tantas cortadas como a guerras había ido.
Por supuesto luego vino mattel y todo lo demás, que compartíamos, cuando hacía mis casas con las cajas de lego que el niño jesús me traía directamente de la Juguetería El Rosal en Caracas.
Siempre recordaremos la calle Briceño Méndez inundada con las lluvias y los barquitos de papel, los aviones de papel que me enseñaste a hacer y los cuentos viejos que vendía un señor en una bicicleta de reparto, de quien nunca supe el nombre.
Te amo, por recordarme todo esto y por existir.
Particularmente recuerdo que mis navidades infantiles fueron bien magicas. Los regalosque siempre me trajo el nino Jesus fueron muy hermosos y particularmente fui un nino muy cuidadosos al punto que hasta hace poco (hoy tengo 31) reparti algunos de esos juguetes entre mis sobrinos, claro a ellos les parecieron muy anticuados y anacronicos!!!!!
A mí me gustan los juguetes viejos. Un primo mío todavía tiene a Mazinger Z, y yo tengo un carrito que se transformaba en robot (claro, le faltan muchas piezas que se le cayeron de tanto jugar).
Muchos muchos recuerdos.
El 18 nos vamos a ver muchos.
Bueno a mi todavía me gustan las Barbies (las cuales un primo dejó paralíticas en un ataque de rabía, fue cuando tenía 6 años y aún me duele jejeje), jugué muchísimo con los GI Jo de mis primos, teníamos cuanta cosa había de He-Man y de los Thundercats (SACANDO LOS TRAPITOS DE LA EDAD AL SOL), pero sabes cuál fué mi mejor regalo de navidad? una caja de un regalo de la que sólo me aburrí después de vieja porque me servía de casa, de refugio, de cuna, etc...
Hola Dr, aquí le habla Karelia... si mi hermanita supero su fijación oral ella siempre fue algo destructora en cambio a mi me duran años las cosas digame tengo zapatos que tienen más de 10 años o más y así paso con algunos de mis juguetes, tengo una casa de la barbie que es una antigüedad y la estoy guardando para cuando tenga hijos, espero que pueda darle uso una pequeña bebe...Que Dios te Bendiga y Feliz Navidad si no te veo en estas fechas.
Difícil es que un juguete, sea éste en video, o de plástico indestructible, dañe la imaginación de un niño. Mis juguetes eran legos, y luego juegos de video. Para expander tu imaginación, sólo necesitas una buena historia, sea en un libro, una película o un videojuego. Yo he surcado los mares con Long-John Silver, explorado el tercer planeta con los Thundercats, me he sumergido en las profundidades de Aiur buscando los secretos de los Xel-Naga. La imaginación es ese ángel que te salva de profesores frustrados y clases aburridas, que te permite viajar nuevos mundos y que permite que transformes lo que ya existe.
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