jueves, diciembre 29, 2005

NARNIA



Anoche ví Las Crónicas de Narnia: El León, La Bruja y El Ropero.
Es una de las diez mejores películas que haya visto desde 1999 hasta el presente.

Se trata de una historia escrita por C.S. Lewis, pensada como una lección épica de religión para niños. Es un libro corto, certero, directo, con pocas ambigüedades y con un simbolismo cristiano claro y preciso. A quien no le guste esto y vaya a verla, le advierto: Usted está más perdido en ese sitio que Idi Amín Dadá en un almuerzo en honor a la madre Teresa de Calcuta. Váyase. Porque la película es todo eso y más.

Tenía tiempo sin ver una película dominada por un director como una araña maneja su hilo. Andrews desechó toda explicación superflua primero; después prescindió de toda explicación que no fuese vital y, en ocasiones, no dio ninguna explicación, confiando en la fantasía e imaginación del público, como todo director serio y decente debe hacer, entendiendo que decirlo todo es matar la participación, el granito de arena, del espectador. Magistral. Como ejemplo cito a la piedra de los sacrificios, la cual, a pesar de aparecer apenas unos cuantos minutos, el espectador puede adivinar su importancia y peso en la trama.






Por otro lado, los efectos especiales, todos de gran factura, NO SE VEN. El león parlante, las arpías, los minotauros, centauros, faunos y otros personajes mitológicos son creíbles; más aún, se aceptan como parte de la historia. ¿Por qué? Pues, porque es una historia muy bien contada, con acción que no decae y los diálogos justos, sin excesos ni pompa. Cada personaje tiene su significado, sin apabullar a otros. Así pude contar hasta seis protagonistas.

¿¡Seis!? Los cuatro niños, el león y el fauno son, cada uno en sus momentos, los conductores del hilo narrativo y la razón de ser de ese segmento de la historia que les toca protagonizar. Eso, señores, no es fácil para ningún cineasta.

Sí, lo sé. La Bruja es muy lineal, un personaje malo-malo estilo Grinch. Y Aslan, el león, demasiado bueno. Pero, ubiquémonos. Es una película para niños. De paso, es sobre religión; no se distraigan con los 15 mil personajes en batalla. Para colmo, es de Disney. ¿Saben ustedes la presión que se siente firmar "Disney"? Basta que aparezca la firma o que se asomen las orejitas del ratoncito, para que una caterva de fundamentalistas empiecen a analizar las películas con microscopio electrónico, las vean en cámara lenta en reversa (Lo hacen, y yo opino que son locos de atar y unos vagos) y hasta escriban cartas amenazando a los del estudio con el infierno y a los congresantes exigiéndoles no permitan que el Pato Donald aparezca sin pantalones. Con todo esto quiero decir que Disney y el director intentaron salir airosos y lo lograron.






Narnia quedará para mí como referencia obligada cuando converse sobre unidad temática y cohesión al contar una historia. Sin decaer, sin concesiones, de principio a fin, Narnia es un canto a lo que debe ser un guión, sin guindajos, adornos superfluos pseudo-culturales ni guiños y referencias a otras películas y situaciones que no son más que muletas ante las carencias del equipo responsable de la criatura (léase obra, de cine, de literatura, de oratoria, lo que sea).

Lo mejor de todo es que, cuando Narnia termina, te quedan ganas de abrir la puerta del ropero y meterte de cabeza en él... Y soñar.


lunes, diciembre 26, 2005

Relato Grotesco Navideño

I

La vida de Tony Martínez habría sido corta y azarosa de no haberle ocurrido un par de hechos que cambiaron su vida.

El primero de ellos sucedió a finales de los años 70, cuando cayó de su motocicleta a más de 100 kilómetros por hora y completamente drogado. Cuando salió del Hospital, había dejado atrás sus dos piernas, amputadas un poco por encima de las rodillas.

A partir de entonces, sería ex-pandillero y uno de los mendigos que más lástima inspiraría paseando en su silla de ruedas por la urbanización El Viñedo, en Valencia.

Pero otro hecho, más extraordinario aún, le esperaba un día de Navidad, ya en el nuevo milenio.

Estaba el mendigo durmiendo sobre y bajo unos cartones, cobijado por el alero de la Iglesia de El Viñedo, cuando sintió algo duro en su regazo. Abrió los ojos rezongando y se consiguió una caja de zapatos sobre él. En medio del vapor del sueño y la resaca del aguardiente barato, sintió la humillación, la burla máxima que se le podía hacer a alguien que ya de por sí vivía al límite de la humanidad.

-¡Desgraciados!- atinó a farfullar; mas se despertó del todo de pronto, y se quedó helado. La tapa de la caja se había deslizado un poco, y podía ver dentro un par de zapaticos blancos, impolutos, de niña. Eso sí que no lo esperaba.

Con destreza se sentó y examinó la caja y los zapatos minuciosamente, sin ver nada extraordinario.

Un automóvil que pasaba por la avenida saludó a otro con un corto corneteo, y el mendigo oyó:

-¡Feliz Navidad!

Cierto. Era Nochebuena.

Tony Martínez apartó la caja a un lado y volvió a quedarse dormido al poco rato.



II

En Diciembre, el mendigo acostumbraba despertarse temprano, para aprovechar a los feligreses que venían a misas de aguinaldos; muchos daban buenas limosnas, movidos por la lástima y el deseo de apartar de su vista al mendigo inválido, y así poder pensar en sus vidas plenas de ambiciones y egoismos.

"A quién se le habrá ocurrido darme semejante regalo?", pensaba el ex-pandillero Tony Martínez, lleno de rabia, dolor y perplejidad.

Así fue como descubrió a la niña entre la multitud.

Era una chiquilla de cabello castaño, corto, mejillas redondeadas y rubicundas, y ojos pícaros con los extremos inclinados hacia abajo. Andaba sola, mas no parecía sentirse perdida. Lo más extraño era que iba vestida de blanco con unos zapatos negros y sucios.

El mendigo la miró largamente, indeciso.

"No puede ser".

La niña lo miró casualmente, y se acercó a él, manteniendo una prudente distancia. Miró sus muslos y le preguntó, un poco asustada:

-¿Te duele mucho?

-Para nada. Fue un accidente. Hace mucho- contestó, sin reprimir la primera carcajada en muchos años.

La niña lo miraba fijamente al rostro.

-¿Y eso?- le preguntó, señalando la caja.

Tony Martínez escrudiñó el rostro redondo, plétoro, inocente que tenía ante sí. Dudando, extendió la caja hacia la niña.

- Es mi regalo para tí- explicó.

-Pero, yo no te conozco- rechazó la niña, dando un paso hacia atrás.

Suavemente, el hombre deslizó la silla de ruedas con una de sus manos, ladeándola, mientras en la otra sostenía la caja de zapatos.

-Al menos mira adentro. Es un regalo para tí.

La niña tomó la caja; pero no la abrió. Justo cuando el último feligrés traspasaba la puerta de la iglesia, las campanas empezaron su melodía imponente, y la niña colocó la caja sobre los muslos del mendigo, liberando sus manos, y lo abrazó con fuerza.

-Gracias por el regalo. ¿Tú eres mi tío, verdad?

Tony Martínez, el ex-pandillero, casi sonrió. Tomó la caja y se la entregó de nuevo a la niña.

-Sí, lo soy. Vete, te estarán buscando.

La niña le sonrió una última vez, con esas sonrisas donde brilla un Universo, y se fue dando saltitos.

Ese día, un hombre sin fe ni esperanzas entendió que esos zapaticos sí eran un regalo para él.


III

Cuando me preguntan si este relato es verdadero, nunca respondo. Simplemente me dirijo al parque los Viernes en la mañana, cuando hago un alto en mi trabajo, y me encuentro con un viejo amigo a jugar ajedrez.

Sospecho que muchas veces, me deja ganar para que no abandone el ritual de oir su charla amena, alegre y ejemplar. A veces me habla de un pandillero, un antisocial sin oportunidades al cual un accidente y un par de zapatos equivocados (aunque él dice que eran los correctos) fueron la chispa que encendió la hoguera de una vida hermosa y productiva.

¿Yo? Yo lo escucho y lo observo, sin vislumbrar jamás la figura atormentada de Tony Martínez, el pandillero, el mendigo alcohólico.




viernes, diciembre 23, 2005

ENCUENTRO CERCANO

Después de múltiples peripecias familiares, el Domingo próximo pasado me encontré a bordo de mi camioneta con mi esposa, hijas y El Prócer, bloguero socializador y co-fundador de Mafia Blog, y emprendimos rumbo a La Colonia Tovar.
Yo me reía desde mis adentros, pues se trataba de otra locura más del Dr. Merengue. Me explico: el día anterior, diversos compromisos nos habían mantenido despiertos hasta la madrugada y, ese mismo día, a tempranas horas de la noche, era la celebración de la graduación (Cum Laude) de Médico Cirujano de una sobrina. Todas estas razones deberían ser suficientes para disuadirme del viaje, pero como le tengo a la razón pura el mismo apego que a los políticos, en poco más de dos horas llegamos.

Bajo un Sol de justicia, capitaneados por Nelson, (quien , con su natural bonhomía, había traído, cual Santa Tropical, un cotillón de dulces para cada uno). encontré en la plaza, inusualmente libre de palomas, a la muy risueña Phases Moon, de linda y perenne sonrisa, Depeco y su hermano menor, cumpliendo su nada envidiable rol de guardaespaldas filial, aún cuando Depeco le hacía saber de vez en cuando quién estaba al mando, y a Gus er Cura, a quien, de no conocerle por sus escritos, me habría sorprendido por su ecuanimidad y fé en Dios (Aprovechó de matar un tigrito y confesó a alguien por allí; creo que podría ser demandado, pues el chico no es sacerdote).






Otra vez tuve que oir el consabido "¿En verdad eres Protheus? Yo creía que eras más... Viejo; digo, serio. Como escribes esas cosas taaan serias." Veo que, cuando soy bromista, o no me leen, o no logro mi cometido. Uf.

Después de nosotros llegaron Topocho y su esposa Maléfica, él todo un caballero; ella toda una dama, agradables y transparentes. Luego llegó el Bloguero Canguro con su cría en la bolsa y su esposa resignada a soportar a la fauna bloguera por un rato. Novato -todo un veterano; se hace llamar así para despistar- llegó jurando que él se había levantado antes que el gallo, que las colas, etc. Magoo llegó con su hija Ariadna en los hombros y su pareja; al verlo no me sentí más Gulliver, sino uno más. Me saludó cordialmente y no paró de bromear con viejos y nuevos amigos.

La nota triste fue saber que Pansy y Hily habían tenido problemas con el avión y se habían regresado a su hangar. Sabemos que fue un problema con uno de los motores. No quiero ser indiscreto, pero desde ese día anda un parapentista desaparecido: apenas encontraron una billetera hecha picadillo.

De último llegó Marole con tres familiares (por si acaso, como aquí te sacan los órganos y esas cosas). Tras los saludos y fotos de rigor, decidimos dejar solo al busto de Simón Bolívar de la plaza, el cual tenía cierto parecido con nuestro Prócer e ir a un restaurant cuyo nombre aún practico, a ver si lo puedo pronunciar.







Una vez sentados empezó la conversación. El grueso de los blogueros eran capitalinos y conocidos entre sí, por lo cual la integración se fue haciendo a ráfagas, interrumpiendo el hilo de la costumbre. Las cervezas, de buena calidad, pero tibias para el gusto criollo (En Alemania las beben al natural, creo), dieron paso a la dieta baja en grasas: Topocho and Company despacharon unas rodillas de cochino, a las cuales ni mi técnicas de artroscopia podrían domar, y el resto comió el plato típico alemán, consistente en par de salchichas, chuleta y repollo agrio, ante el cual nuestro Prócer capituló y entregó hasta la bandera en señal de rendición. Alemanes 1, Mafia Blog 0.

-¿Para qué sirven esos encuentros blogueros?- me preguntáron dos personas.

Yo los miré, y palabras atemporales vinieron a mí:

-¿Cuál es la utilidad, para qué sirve un recién nacido?

Todos nos despedimos y regresamos a nuestros hogares.
Hasta una nueva y pronta ocasión.

(Nota: pretendí hacer un artículo jocoso, respetuoso de todo y todos. Alguna omisión o exceso, es inocente, involuntario y perdonable, espero).

miércoles, diciembre 21, 2005

NIETZSCHE HA MUERTO

El 15 de Octubre de 1844, nace en Turingia, del antiguo reino sajón, en ese entonces perteneciente a Prusia, Friedrich Wilhelm Nietzsche, llamado así por su padre, ferviente monárquico, en honor al rey, quien celebraba su onomástico ese día.

Padre y abuelo paterno eran pastores luteranos, estrictos y patriarcales. En su hogar vivían sus padres, su abuela y dos tías paternas. A los dos años nace su hermana Elisabeth y, a los cuatro, Joseph, su hermano.

En Julio de 1849 muere su padre de "reblandecimiento cerebral" y, seis meses más tarde, muere su hermano. Un nuevo pastor llega al pueblo y la familia tiene que marcharse a Naumburg, estudiando en el instituto local durante cuatro años, 1854-1858. Ya inicia a experimentar la presión familiar por abrazar el clericato, como su padre y su abuelo antes que él. En esa época sus`profesores lo consideran poco dotado intelectualmente, debido a sus problemas en la comprensión del griego. Empieza a dormir pocas horas, y a componer música y a ejecutarla con evidente virtuosismo, amén de escribir poesía. Dolores de cabeza incapacitantes le hacen perder el último semestre de estudios. Ese año de 1858 indaga sobre su familia y sobre sí mismo y, en un gesto de arrogancia y arrebato, características que marcaron su existencia, inicia su autobiografía. Consigue una beca para culminar su bachillerato en Pforta, un elitista y estricto internado.

En 1862 las cefaleas y dolores "reumáticos", muy probablemente Sífilis Congénita, lo alejan de los estudios. En 1864 egresa de Pforta resentido con un profesor, quien, ante el fervor contemplativo de Nietzsche (FN, en adelante) por un poeta llamado Hölderlin, a quien alaba como semidiós, le da a FN el "consejo amistoso de aficionarse a un poeta más sano, más claro y más alemán."

En 1864 el dolor de la muerte de padre y hermano, la separación de sus tías, los problemas de salud y la presión de madre y hermana por verlo de clérigo, estallan en Bonn, donde iniciaba estudios de Teología. Lecturas sobre el cristianismo "histórico" y la dupla nociva monarquía-líderes religiosos, lo alejan de la fe. En Octubre de ese año se aprovecha de la ruptura definitiva entre dos de sus profesores, Otto Jahn y Ritschl, para viajar acompañado del segundo de ellos hasta Leipzig a estudiar Filología (el estudio científico de la lengua y la literatura de un pueblo mediante la crítica textual). FN lo deja todo por una personalidad como la de Ritschl, una constante en su vida, insisto.








FN va radicalizando su pensamiento y sus apegos; de tal manera que en esa época nace su obsesión por Wagner, el músico, a quien enzalsaría con la misma vehemencia con la cual luego le destrozaría en sus escritos. En 1869, dado el apoyo irrestricto de dos de sus maestros, obtiene sin ser doctor y sin oposición la cátedra de Literatura Griega. Poco después, Leipzig, sin examen ni tesis lo doctora, basándose en un ensayo suyo, denostado por sus colegas filólogos. A partir de ese año, y sobre todo en 1872, FN es rebatido por sus colegas, molestos por el fervor rayano en el fanatismo y el estilo poético, pseudo-científico, de sus escritos. Por encantamiento con una dama wagneriana y feminista, evoluciona sus pensamientos hacia los filósofos pre-socráticos, al tiempo que la dama rechaza sus proposiciones matrimoniales. Tras múltiples rechazos femeninos a sus pretensiones nupciales, decide casarse "con la primera que pase por la calle".

En 1877 enferma de gravedad y se le aconseja alejarse de la lectura y de la escritura. Enterado Wagner del diagnóstico del médico, dice que la enfermedad de FN es debida al "onanismo" compulsivo y a una "antinatural pederastia". Estas afirmaciones ponen punto final al fanatismo de FN hacia Wagner.

Hasta ese entonces, todos los escritos nietzscheanos habían contado con la promoción y financiamiento del editor de Wagner. En 1878 FN publica Humano, Demasiado Humano, sin apoyo de dicho editor y seis años después del fin de su meteórica carrera filológica, y fracasa rotundamente. Regaló a sus amistades los 40 libros publicados.

Por "problemas graves de salud" es jubilado en 1879, antes de los 35 años de edad, y se dedica de lleno a viajar y a escribir.

Su interpretación ERRADA de la Evolución darwiniana (Nietzsche creía, o hacía creer a los demás, que el término evolución era sinónimo de progreso, y que las especies evolucionan hacia la mejoría, hacia la excelencia; en realidad, evolución habla de cambio a secas, sin peor ni mejor, y se sabe que las especies evolucionan todas, unas sobreviven, otras no. A veces, como los dinosaurios, las especies mejores desaparecen por eventos fortuitos) lo llevó, en otro de sus frenesíes, a plantear la utilidad, la bondad y la humildad eran valores burgueses para dar el poder a los débiles, y contrapuso al "superhombre", instintivo, libre, fuerte, con voluntad para dominar a los demás. Este superhombre no necesita dios alguno, es autosuficiente, por lo cual FN acuña su famoso "Dios ha muerto". Su pensamiento cambia un poco y habla de la circularidad de la historia, la Teoría Pendular, donde la historia se repite sin cesar. ¿Dónde cabe el superhombre en ese concepto y en la Teoría de la Evolución?

Luego de su Eterno Retorno, donde FN denosta la razón y la suprime a favor de la voluntad vitalista, vuelve a elogiar a la razón en Humano, Demasiado Humano, encarnándola en Voltaire.

La doctrina absolutista, excluyente, de Nietzsche, ha sido caldo de cultivo ideal para los nazis, quienes vieron en el Superhombre nietzscheano al ario perfecto, y a los chicos malos de Engels y Marx, quienes interpretaron, doblándole el brazo hasta rompérselo, a Hegel (el único filósofo que detesto más que a Nietzsche) y a Darwin. Ese estado represivo, controlador, omnipresente y el cual dicta que tú eres feliz y te callas la boca, es la representación del superhombre-institución, encarnado en aquella época -cómo no- por sus padres, Engels y Marx, además de sus acólitos.

Demasiado humanos... para mi gusto, Federico.

jueves, diciembre 15, 2005

Cumpleaños





Un joven cumple 57 años mañana, 16 de Diciembre.
En 1931, en New York, durante la Gran Depresión, Mosher butts, residente de Poughkeepsie, perdió su trabajo. esto le permitió dedicarse a los juegos de palabras, su pasión durante toda su existencia. Los juegos de azar, como los dados, no le atraían, porque las destrezas del jugador nada aportaban.
Y juegos como el ajedrez le parecían algo aburridos y lejos del alcance del común de la gente.

Así fue como ese mismo año de 1931 ideó un juego de palabras, sin tablero, con letras en madera. La patente le fue negada repetidas veces.

Butts se dio cuenta que la letra S faciltaba el formar nuevas palabras, y decidió disminuir su número a cuatro. A esta conclusión llegó usando la portada del New York Times.

En 1938, y debido a su gusto por los crucigramas, decidió la adición de un tablero al juego, el cual entonces contaba con demasiadas reglas, por lo cual Parker Brothers y Milton Bradley desestimaron su compra, error que pagarían muy caro.

James Brunot, un amigo de Butts que había recibido uno de los juegos hecho a mano por su amigo, decidió dar el espaldarazo al juego. Compró la comercialización del mismo a Butts, garantizándole royalties por cada juego vendido y simplificó las reglas del mismo. El nombre, cambiado varias veces, en ese año de 1948 era Criss-Crosswords, fue finalmente acuñado como Scrabble.

El resto es historia.


Sting, Keanu Reeves, la reina Isabel II, los rusos y los presos de una cárcel húngara -quienes hasta campeonato tienen - disfrutan de este juego divertido, donde el azar y el saber, como en la vida, se mezclan. Y, como en la vida, la pugnacidad suele acabar en risas y nuevas amistades, mientras se aprenden palabras... Y hasta se inventan algunas.

Este joven goza de buena salud, con más de 100 millones de juegos vendidos en 29 idiomas... y la cuenta sigue.

martes, diciembre 13, 2005

LETRAZOS


El extravío definitivo del palindrómico libro Oir a Darío de mi biblioteca personal, marca el fin de una etapa de mi vida, en la cual, aguijoneado por el hcho de ser un ambidextro con tintes de siniestralidad, exploré las curiosidades de este idioma al cual amo, y que es el 50% de mi agradecimiento a la madre patria, junto con el catolicismo, que conforma mi personal 50% restante.

Para zambullirnos en este nostálgico momento, he de aclarar términos.

Las palabras polisémicas son aquellas que tiene varios significados. Así, la Antanaclasis es una figura retórica que consiste en repetir polisemias con sentidos diferentes, en un caso clásico de "no aclares, que oscurece".

Góngora escribió:

Cruzados hacen cruzados,
escudos pintan escudos,
y tahúres muy desnudos
con dados ganan ducados
y coronas Majestad.
¡Verdad!

Imagino que este señor estab lejos de los nobles de su territorio cuando escribió esto.





Aquí en Venezuela, la cosa se puso dramática con el abuso en el género de las palabras, y ahora se especifica en cada discurso entre médicos y médicas, abogadas y abogados, herreros y herreras, postes y postas (!), casas y casos, etcétera y etcétero. Seguro que la culpa es de Isabel Allende, digo yo.

Pero mi libro perdido era sobre los palíndromos. El Palíndromo viene del griego palin= otra vez, y de dromos= carrera; pero mejor que definir es disfrutar y aprender, así que allá voy:

Adán no callaron nada./ Adán no cede con Eva y Yavé no cede con nada./ A la Manuela dale una mala./ Alí tomó tila./ Allí ves, Sevilla./ Aman a Panamá./ A Mercedes ese de crema./ Amad a la dama./ A mamá Roma le aviva el amor a papá y a papá Roma le aviva el amor a mamá.
(...)

Y seguía. Personajes como Miguel Angel, Cortázar y Dante, entre muchos otros, han hecho palíndromos, y Julio González C., escribió un poema de excelente factura, del cual reproduzco su primera estrofa.

LUZ AZUL
1991

Arde ya la yedra,
la moral, claro mal.
No deseo yo ese don,
la tomo como tal.
No traces en ese cartón
la ruta natural.

Nuestro idioma es rico, variado, hermoso y divertido. La poesía es la música de las palabras. Vamos todos a disfrutar del regalo del lenguaje, en cualquiera de sus formas.



domingo, diciembre 11, 2005

BAJATE DE LA ESCOBA, HARRY


Sí, a pesar de las advertencias, fui a ver la última entrega de Harry Potter.
No. No soy fanático de los libros que le han dado vida y salud.
Enonces, ¿qué hacía yo en la oscura sala de cine sufriendo? Nada, la curiosidad.

La película es una desenfrenada galería de sketchs unidos por interminables escenas de relleno. Y punto. No me vengan con paralelismos a cosmogonías antiguas, referencias de lujo a mitos ancestrales ni nada de eso; por favor, ni toquen delirios oníricos atávicos, ni osen insinuar referencias a grandes interrogantes de la humanidad. Nada de nada. La señora madre de Harry y la Warner solo han visto dinero, vil y perseguido dinero, señores. Lo más grave, y lo que insulta mi inteligencia, es que te lo dicen en la cara. "Mira cómo te dejo con cara de idiota viendo este bodrio mientras cuento tus billetes tras el telón", parecía oir yo a los quince minutos de película.

No se crean que solo me gustan películas de existencialismo o filmes alemanes de corte filosófico, y que desprecio el cine comercial. Nada más alejado de la realidad. Lo que ocurre, amigo o amiga lectores, es que no basta que los efectos especiales sean buenos o que reúnas actores de primera, ni que bases tu obra en un libro y autor famosos -El Resplandor apenas tenía el título de la película de Stephen King, pues en nada se parecía al libro; sin embargo, fue un buen "divorcio- , no. Además el guión debe ser excelente, plausible y ser adaptado al cine, no un esclavo del libro, eo cual ya de por sí está escrito pensando en la gran pantalla. Ser fiel al libro original no solamente no siempre es bueno: en este caso, fue catastrófico. Yo tengo suficiente imaginación. No necesito que me den ilustraciones del libro animadas y encima me digan que me trague que es una película de antología.

Por respeto a quienes no la han visto aún y, como yo, son tan tozudos como para verla desoyendo advertencias, no enumero las debilidades del filme.

No digan que no se los advertí.

miércoles, diciembre 07, 2005

JUGUETEO




Desde hace luengos años, compañías como la Fisher-Price y la Mattel se han convertido en las ladronas de mi alegría navideña: el Grinch de mis Navidades.
¿Por qué, se preguntará el agudo lector, si sus juguetes son excelentes, hasta educativos?

No sin rubor he de confesar que, este caso particular parece ser el único en mi historia personal, en el cual debo decir que la calidad me ofende. Sí, es cierto. Añoro esos juguetes que el Niño Jesús me regalaba y se rompían o se descomponían antes que me hartara de ellos o perdieran el encanto para pasar a ser un objeto anodino en algún cajón con telarañas. Hoy me parece una hermosa lección de vida recordar esos juguetes de mis sueños infantiles, enseñándome lo efímero de la vida humana, el cierre de un ciclo, la pérdida inevitable que me acompañaría todo el camino, lo frágil e irreal de la vanidad con la cual paseamos nuestros regalos frente a otros niños, cuando su destino final sería el basurero, lo ilusorio que es posar tu cariño en lo que, un día u otro, va a desaparecer sin dejar huella. Me enseñaron que lo que vale la pena se construye con amor y sacrificio, no con plástico.

En gran medida, gracias a esos viejos juguetes con fecha de caducidad, he aprendido que es9os juguetes de adultos: un auto nuevo, una casa, joyas, electrónicos, el dinero desnudo como esos muñecos sin ropa... se van, a veces sin volver. Y son una ilusión, una gran mentira. Aprendí que nuestra vida terrena tiene un final y un fin, una fecha no escrita, siempre demasiado cercana; las cosas hermosas pasan, las terribles también. Solo quedan nuestros actos y sus consecuencias.

Pero no. Ahora hasbro, Fisher-Price, Mattel, fabrican juguetes que duran cincuenta años sin siquiera perder su color.
Así, un día llega tu mamá de revisar el desván y te entrega un cubo de plástico con las caras de unos muñecos feísimos y desconocidos y te dice: "Mira, Protheito, este juguete era de tu abuelito Protheus cuando tenía dos años", y compruebas con horror que tu abuelito no es ese viejito sabio, consentidor y divertido, sino un niñito baboso y medio estúpido que se la pasaba mordisqueando -se pueden ver las impresiones dentales por todo el cubo- y babeando sobre un artefacto inútil, sin pilas, sin sonido y que no vuela.

¡Por favor, un alma altruista que demande a esas compañías!

Añoro esos tanques de guerra que traían una marcha, la cual dejaba de sonar apenas yo la aprendía; entonces era el turno mío de tararearla hasta el cansancio; poco después se dañaba el motorcito que lo impulsaba, y mis manecitas entonces lo hacían ir en maniobras imposibles por el patio de mi casona vieja y encantada. Finalmente, el tanque moría, y mi belicismo infantil con él. Ya no habían soldados grises para matar, ni verdes que rescatar. Pasaba entonces a mi época de Llanero Solitario, con un palo de escoba que en su punta exhibía una cabeza equina de fieltro, confección con derechos reservados de las tías ancianas de mi mamá. Jamás Babieca vivió tales aventuras, ni Pegaso vio tanto mundo, como mi caballito de fieltro y madera en sus galopadas por los pasillos de mi hogar. Ni hablar de mis decenas de avioncitos de papel decorados por mí, bautizados por mí. Ningún astronauta podría contar las maravillas que viví de niño, cuando mi mente volaba más allá del Universo, mientras relataba a mi padre las aventuras de mi nave de papel bond.
La fiesta cuando llovía era grande, dejando deslizarse los barquitos de papel por el torrente de la calle... hasta la primera alcantarilla, donde el remolino de Nemo los engullía. O cuando tapábamos la alcantarilla del patio interno de la casa y se formmaba un charquillo que aún hoy se me antoja un océano, y luchaba a mano limpia contra monstruos marinos, que caían indefectiblemente derrotados.

¿Adónde se fueron los aviones de papel, el palito mantequillero, la ere, la perinola? ¿será que Mario Bros, Counter Strike y todos esos juegos de video hicieron como la electricidad, que acabó con los fantasmas de antaño? O estamos viendo el telescopio por el extremo equivocado, y son esos juegos de video y juguetes automatizados los fantasmas y aparecidos.

Ya saben. A comprar juguetes perecederos, con magia en su interior.

sábado, diciembre 03, 2005

TAREA

Ahora sí, descubrieron el otro yo del Dr. Merengue.
Un par de damas blogueras solicitaron responda a una encuesta que sacaría a flote mi diablillo personal.
No las dejaré sin respuesta, como buen caballero.

Estás atrapado en Fahreit 451: ¿Cuál libro te gustaría ser?
Edad Prohibida, de Torcuato Luca de Tena, o Verano del 42, de Herman Raucher.

¿Alguna vez te enamoraste de un personaje de ficción?
De Campanita, de Peter Pan, y de Barbarella, la comiquita que salía en la revista Bohemia. Eso sí que era erotismo, ¡mamá!

¿El último libro que compraste?
Crónicas de Narnia: El león. La bruja. El ropero.

¿El último libro que leiste?
Robinson Crusoe, de Dafoe, por quinta o sexta vez. Empecé leyendo el prólogo y, como no podía dormir, me leí sesenta páginas esa noche y no paré hasta terminarlo.

Cinco libros que llevarías a una isla desierta:
La Isla Misteriosa, de Jules Verne.
Lentejuelas, de Gary Jennings.
Los Viajes de Jaimie Mc Peters, de Robert Lewis Taylor.
El Ascenso del Hombre, de Bronowsky.
Leonardo, biografía de Da Vinci, de varios autores.
La Biblia.
El Principito.
Cuentos de Andersen y Perrault.
La Llamada de la Selva, de Jack London.
El Señor de los Anillos, de Tolkien.
Eeeeehhh... ¿dijeron cinco?

Por allí andaba una encuesta de música. La adapté a mí mismo, y la respondo:

Grupos favoritos:
Queen.
The Beatles.
The Commodores.
Supertramp.
U2.
Rolling Stones.
Etc,etc,etc.

Cantantes:
Enya.
Elton Jhon.
Barbra Streisand.
Celine Dion.
Tina Turner.
Donna Summer (Love to love you, baby!)
Simón Díaz.
Etc.

5 canciones:
Still, de Lionel Ritchie.
We are the champions, de Queen.
Jumpin' Jack Flash, de Rolling Stones.
I don't wanna miss a thing, de S. Tyler.
Madrigal, de Danny Rivera.
Born in the USA, de Bruce Springsteen.
Who wants to live forever, de Queen.
Tiempo, de Aditus.
¿Eran cinco?

Te traen más recuerdos:
La música disco, sobre todo la de Fiebre del Sábado por la Noche y subsiguientes.

Te identificas:
No te Pueden Apagar, de Témpano.

No veo al diablito aún. ¿Ustedes sí?

jueves, diciembre 01, 2005

Fraude Electrónico





Hoy decidí ir a la tienda de artículos electrónicos a preguntar los precios de los televisores. Apenas traspuse la puerta, un joven vendedor, sonrisa amplia e inamovible, brazos que se movían en abrazos al aire y voz seductora, hablaba sobre la próxima generación de aparatos a un pequeño grupo de damas. Alcancé a oir que pronto las neveras sabrían si faltaba leche y la pedirían vía Internet a la panadería, las balanzas reportarían nuestro peso directamente al gimnasio o a nuestro dietista, y la TV por cable sabría, gracias a datos de nuestra mano al tocar el control, cuál programación nos agrada y cuál no; más aún, gracias a un scaner del rostro, sabrán cuáles propagandas ejercen mayor influencia en nosotros.
De inmediato me fui a trabajar, y dejé al joven con sus disertaciones.

En mi casa tengo un control remoto para la TV de 47 botones, la mitad de los cuales no me atrevo siquiera a tocar. Sumen a eso 38 botones del VHS, 35 más que me instaló el chico del cable, como si necesitase más, y los futuros botones del blu-ray y del HD-DVD, dos formatos nuevos e incompatibles de discos de video. Las siglas que acompañan los botones parecen sacadas de códigos secretos de la NASA: PIP, JUMP, ESC, VTR, TRBK, MTS... Parecen siglas de bombas apocalípticas. Espero pronto me crezcan nuevas y más hábiles manos, para estar a la altura.

Ahora, ¿te imaginas aumentar un par de kilos y que en el gimnasio te reciban gritando "¡Oinc, oinc!, qué comiste el fin de semana, cerdito?" ¿O que la nevera se autobloquee porque te pasaste en 30 calorías y no abra su puerta hasta el día siguiente?

Imagínense ahora que el televisor pueda verte. ¿Cómo se sentiría una dama ligera de ropas frente a la pantalla, o con una máscara de pepinillos dispuesta a roncar de lo lindo? ¿No temería aparecer algún día en esos programas de capturados en video? Lo peor: ¿será nuestro destino discutir con la plancha sobre la calidad del filo de nuestros pantalones, o lloriquearle al lavaplatos porque considera que ensuciamos mucha vajilla?




Si la aspiradora se queja por el sucio que arrastramos con los pies desde la calle, ¿qué será de unas esposas que tendrán quienes se quejen por ellas? Me aterra ese pensamiento.
Si el día de mañana un robot cuelga cuadros y lava autos por mí, ¿sobre qué versarán las críticas en mi contra? Es capaz que, llegado el momento, encuentren una crítica razonable, y sea mi fin.

Otra posibilidad es que la próxima generación sea la última de la raza humana, y perezca asfixiada por una montaña de controles de todos los aparatos inteligentes más alta que el Everest. Y, a fin de cuentas, ¿para qué quiere alguien un aparato más inteligente que él, a menos que sea para inventar excusas, que es para lo que el ser humano aguza más el ingenio? Una licuadora Físico Nuclear debe ser más aburrida que soportar a una nevera obligándote a tomar leche a diario, cuando al ser humano le gusta el cambio, la sorpresa, el no saberlo todo, y podría provocarle un buen vaso de jugo de naranja recién exprimido por una mano imperfecta, no tan inteligente, pero digna de ser amada.

Quid pro quo.