lunes, septiembre 25, 2006

DE REGRESO



Luego de unas vacaciones de 24 días en los Estados Unidos, me siento ante la computadora, ya en casa, y un cúmulo de vivencias atropellan mi mente, pugnando por salir en primer lugar.
Por ello me calmo, me tomo un tiempo para revisar las fotografías, y un recuerdo en especial me asalta. Obviando el orden cronológico, me iré al día que fui al juego de fútbol americano en el stadium de la Universidad de Alabama, sede de la famosa
Crimson Tide, o Marea Roja, en alusión a los colores del uniforme del equipo local.
Llegamos dos horas antes del partido, pues temía yo tener dificultades para alcanzar a tiempo mi asiento (de primera fila, como ven en la foto), al tener el coliseo un aforo de 90 mil almas.
Nada más alejado de la realidad. La mayor parte de los fanáticos llegaron 30 minutos antes de comenzar el partido, y el stadium quedó a desbordar en los 10 minutos siguientes, cuando dio inicio un show memorable, con banda musical, animadores de ambos sexos, y haciendo acto de presencia personalidades ligadas a la historia del equipo, saliendo incluso al campo un ex-jugador de más de ochenta años de edad, y honrando la memoria de un entrenador, Paul Bryant.
El vaso que puede verse en mi mano es un vaso de refresco (no expenden licor), el cual, con mi manía de leerlo todo, tenía escrito entre propagandas, una frase de Bryant que capturó mi atención: "Muestren clase, tengan orgullo y desplieguen coraje. Si lo hacen, la victoria se cuidará por sí misma". Pude ver en esas palabras el sentido de su propia grandeza de los americanos.
Me llamó la atención también ver un juego de intenso roce físico, estrategias semejantes a avances militares, pero a la vez limpio y de pocas lesiones, en el cual hay respeto por el contario.

Tras disfrutar de un vistoso partido que los chicos de Alabama ganaron 13 a 10, y habiendo tenido la extraña sensación de haber estado solo entre una gran muchedumbre, tuve que pensar en mi país, en el cual ir a un evento deportivo es un acto comunitario, en el cual hablamos con los desconocidos a nuestro alrededor, los invitamos a beber, bromeamos, y hasta hacemos nuevas amistades...

¡Feliz de estar de regreso!